La directora de ‘Global 2’ ha presentado este miércoles una obra contemplativa, de “autodescubrimiento”, que invita a que cada persona “tome las riendas” de su propio bienestar.
Pasadas las 19:45 horas, 15 minutos después del inicio del acto, el público seguía cruzando la puerta que da paso a la sala de usos múltiples de la Biblioteca Pública del Estado ‘Adolfo Suárez’, que desde hacía rato se hallaba atestada. Alrededor de un centenar de personas se dieron cita este miércoles para acompañar a la muy querida -a juzgar por la afluencia de asistentes y las palabras expresadas de admiración a la escritora- Edith Rivas. “Hacía tiempo que no veía esta sala así de llena”, comentaban los periodistas poco antes del comienzo de la presentación del segundo libro publicado por la directora de la escuela de yoga ‘Global 2’, ‘El alma importa’.
“Es un libro compañero de vida, de camino. No es un libro de ‘lo leo y lo dejo’. Sino de ‘lo echo de menos y voy a por él’. Porque no es una historia que acaba y termina, sino que te invita a seguir tu propia historia, a profundizar en ti, a conocerte de verdad”, resumió Susana Quintero, amiga de la autora y encargada de presentar el acto. Era Quintero una de las dos personas que flanqueaban a Rivas. A su otro lado, el prologuista del libro, Luis Bueno, a quien la escritora miraba con aparente timidez, en busca de complicidad, cada vez que Quintero la halagaba.
“¡Claro que el alma importa! Si es que ella el alma le pone a todo. Vamos a comer y le pone alma. Es una intensidad… -expresó, bromeando, Susana Quintero en el culmen de su presentación- Es una amiga, una hermana. Cuando estás con ella sabes que tienes apoyo incondicional. Y te lo pasas pipa, es muy divertida”. La alabada publicó once años atrás su primer libro, ‘De tripas corazón’, que difiere del presentado esta semana en la “madurez”, las “experiencias”, los “golpes” vividos y sufridos por su autora de 2013 para acá.
Ha aprendido también Rivas en estos años a “tomar distancia de muchas cosas”, a no vivirlo “todo tan visceralmente” y esas peculiaridades típicas de la juventud. “Con el tiempo, eso se modula un poco, no se cura del todo, pero se suaviza”, remató, como de costumbre, risueña, con unos ojos azules bien abiertos. En ‘El alma importa’, la escritora “habla consigo misma, se enfada consigo misma”.
Dividido en más de cincuenta breves y directos “artículos”, el libro, de carácter contemplativo, refleja las reflexiones que acompañan a Rivas cuando es feliz, cuando está en calma, cuando piensa “qué bien estoy”, pero también cuando la invade el “qué asco de mundo”. “Al final, creo que todos nos decimos cosas similares. Cuando conocemos a otras personas, encontramos similitudes: alguien que está pasando por lo que tú ya viviste o alguien con una herida emocional que resuena con la tuya. Creo que somos personas aprendiendo a vivir permanentemente”, expresó la artista a este diario minutos antes del comienzo del acto.
De tener que resumirlo, Rivas define su obra como “una invitación a la acción”. Al contar con un artículo o capítulo para cada estado de ánimo, asegura su autora que es conveniente leerlo al atravesar un buen momento y también uno de aflicción. “Cada artículo del libro incluye una invitación a cambiar algo en tu vida: qué puedes mejorar, qué deberías dejar de hacer. Creo que el movimiento y el cambio son esenciales para salir del ‘no me siento bien’. El libro invita a tomar las riendas de nuestro bienestar y hacernos responsables de él”, sintetizó.
Al ser preguntada por la posibilidad de calificar su libro como uno “de autoayuda” se apresura Rivas a rechazar el término. No le gusta “la etiqueta de autoayuda, porque suena enlatada”. Prefiere llamarlo “un libro de autodescubrimiento”. “Cuando compramos un teléfono, leemos el manual de instrucciones; pero con nosotros mismos no hacemos eso. Queremos gestionarnos bien sin conocernos. Este libro es una oportunidad para aprender a ser más amables con nosotros mismos, escucharnos y cuidarnos más, porque nos cuidamos muy poco”, razonó.
Confía en que las 160 páginas de ‘El alma importa’ ayudarán a sus lectores. Que no son pocos, o, al menos, cuenta con casi la totalidad del público asistente a la presentación de la obra. Las casi 100 personas que acudieron hicieron una parada en la mesa colocada a la entrada de la sala para adquirir un ejemplar antes de buscar asiento. Algunas de ellas se desplazaron después hacia la mesa donde se ubicaba Rivas con la intención de llevarse una dedicatoria personalizada. Cree la escritora que sus abstracciones, sus experiencias, que reconoce como “similares a las de muchas personas”, serán capaces de provocar estímulos en los lectores de ‘El alma importa’.
“Llevo 30 años en este mundo y me he encontrado con personas que actúan como espejos de momentos que yo ya viví. Creo que todos resonamos con otros en algún punto, y conectar con eso puede ser útil. Es una invitación (el libro) a que cada uno descubra su propio camino. Aquí no hay maestros; todos aprendemos unos de otros y nos quedamos con lo que nos resuena”, hilvanó la escritora, que confesó necesitar “respirar” antes de ponerse manos a la obra en la creación de su tercera obra, aunque reconoció que “hay algo en marcha”. “Elegí no parar”, concluyó.
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